Podcast: Robert Johnson, los pactos y los sabuesos del infierno

Podcast: Mi aventura de escribir. Robert Johnson, pactos y sabuesos del infierno.

 

Mi fascinación por lo sobrenatural me llevó a descubrir la leyenda del cantante de blues maldito, Robert Johnson.

Robert apareció un día de la nada, tocando como si estuviera poseído, grabó 29 temas (algunos dos veces) y murió en extrañas circunstancias, añadiendo más chicha a su ya oscura leyenda.

Según cuenta su leyenda, Robert no era muy buen músico. Se defendía, pero ya. Por lo que decidió marcharse y nadie supo nada más de él hasta un año y medio después, que regresó tocando como los ángeles.

Sin embargo, no fue cosa de los ángeles, precisamente. Según la leyenda, Robert viajaría al sur y encontraría una manera de pactar con un demonio para conseguir el talento musical que deseaba.

Después de su vuelta, compuso y grabó varios temas musicales que quedaron para la historia, convirtiéndose en un referente para muchísimos músicos actuales, como Eric Clapton, Bob Dylan, Jimi Hendrix, Led Zeppelin, Queen y muchos más.

Johnson fue incluido en el Salón de la fama del Rock and Roll y ocupó el puesto 71 de la lista de los 100 guitarristas más grandes de todos los tiempos.

Pero lo importante y pintoresco de Johnson fue su corta carrera y su misteriosa muerte. Y su discografía. Cross Road Blues, Last Fair deal gone down, Preachin Blues (up jumped the devil), If I had possession over judgment day, Hell hound on my trail son algunas de las peculiares canciones del músico.

Muchas de ellas inspiradas en el tema sobrenatural, demonios y pactos con ellos. También hablaba de los hellhounds o sabuesos del infierno, los encargados de recoger las almas de quienes habían pactado con un demonio.

Murió a los 27 años. La falta de datos no deja claro cómo lo hizo. Unos dicen que envenenado, otros que de neumonía o sífilis o asesinado con un arma de fuego. Lo único seguro fue que murió en Mississippi en el año 38 y no hubo autopsia.

Según se cuenta, mientras agonizaba, deliraba sobre perros demoniacos que le perseguían para devorarle.

Una nueva referencia a los hellhounds.

Los pactos con demonios se debían hacer en un cruce de caminos. Preferiblemente en uno donde creciera milenrama y enterrar en su centro una caja con tierra de cementerio, un hueso de gato negro, una foto tuya y algunas hierbas especiales para la ocasión.

Una vez convocado el demonio había que ser muy preciso con lo que se iba a pedir, ya que estos tendían a retorcer las palabras para salir ganando. Así que si pedías pintar, debías asegurarte de pedir también fama y dinero en el lote o pintarías como Da Vinci y te morirías de hambre.

Y no creas que duraría para siempre, no. Los demonios quieren cobrar y rápido, así que te dan un límite de tiempo a cambio del trato. Tu alma por tu deseo y solo podía durar diez años. Una vez se acabará el tiempo, el demonio enviaría a sus sabuesos para cobrarse su deuda. Con intereses.

Y no, no hay manera de salirse de un trato así. Si de algo saben los demonios es de letra pequeña. Y de trampas.

Los hellhounds en si son unas criaturas fascinantes. Unos monstruos del tamaño de una vaca pequeña, con una boca llena de colmillos, ojos rojos a los que solo les interesa lo que ordene su amo. Unas criaturas horribles, brutales que despedazaran a su presa y se llevaran su alma agonizante al infierno.

Una de las cosas que más me gusta de Supernatural y que más gracia me hacían era su visión del infierno. A ver, seguía siendo el infierno, un lugar donde las almas iban a sufrir y poco más. Pero la visión de su organización y su jerarquía, en modo oficina era descacharrante. Las largas colas de penitentes que recordaban a las de las oficinas del paro, los contratos eternos llenos de letra pequeña, los demonios que sonaban a vendedores estafadores de coches, el rey del infierno que lo llevaba todo como si fuera un CEO de multinacional, quejándose de que el número de almas condenadas estaba bajando… Simplemente, maravilloso.

Claro que el cielo no se diferenciaba mucho.

Pero volviendo al otro tema… por eso me encanta sacar estas cosas en mis novelas.

¿Sabes que tenemos un demonio en Jack T.R.? ¿Y un hellhound en El juego de Schrödinger?

Pues si no lo sabías, ya estás tardando en leerlas y enterarte. Por cierto, que Jack T.R. ahora la tienes completamente gratis en Wattpad y en Me gusta escribir.

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Podcast: ¿sirven de algo las redes sociales?

Podcast: ¿Sirven de algo las redes sociales?

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Es una pregunta sin respuesta.

¿Sirven? Por supuesto pero depende de para qué y el uso que les des.

Reconozco que no soy la persona más constante con mis redes sociales. Me cansan. No tengo ni tiempo ni ganas de interactuar todo lo que debería, así que no lo hago.

Fatal, lo sé.

Los expertos lo dejan claro: Tienes que interactuar.

Y yo no valgo para eso. Soy tímida y odio empezar conversaciones con extraños. Es algo que no puedo evitar, así que ni lo intento. Y así me va, claro.

¿Sirven las redes para hacer publicidad y vender libros?

Seguramente, a más de uno o una le funcionaran de escándalo. A mi no me funciona demasiado, pero… volvemos a lo mismo, yo no interactúo casi nada. Y así no vamos a ninguna parte.

Reconozco que el problema es mio. Seguramente, si hiciera caso a los expertos me iría mejor, pero… no valgo para eso.

¿Qué más te dicen?

Fija tu objetivo en tu publico ideal.

Aja… espera que aún sigo intentando descifrar eso. ¿Cuál es mi público ideal?

Ni idea.

He intentado averiguarlo lanzando anuncios probando edades, géneros y países de procedencia diferentes y no me aclaro.

Porque según el género que escribo, fantasía urbana/thriller/romance paranormal le puede interesar a mujeres de menos de treinta años. O no.

Según mi experiencia y mis gustos, le puede gustar a cualquiera. La fantasía urbana tiene fama de ser para gente joven pero conozco mucha gente de mas de treinta que la leen. El romance sería (por topicazo) más indicado para mujeres jóvenes de 16 a 25 años, pero conozco chicos o mujeres por encima de esa edad que lo leen. Y el thriller (por topicazo también) iría para mayores de 25 y eso también sería un error.

Así que… ¿Qué hacemos con esto?

Con datos tan confusos, ¿cómo averiguo cual es mi verdadero público?

Está claro que no sé leer esas cosas.

También te recomiendan el Quid pro quo. Que está genial. Soy muy partidaria de esa idea. El problema es que casi nadie devuelve esos intentos de favores que haces.

Tú compartes y compartes y compartes… y solo uno o dos te devuelven el favor compartiendo algo tuyo. Y así tampoco vamos a ninguna parte, porque tú quieres que lo tuyo también lo vean los demás.

Y me meto en el bote, ¿eh? Aunque reconozco que no lo hago más por despiste que otra cosa.

Soy la persona más despistada del universo. Mi perro puede dar testimonio de ello.

A mi no me valen las indirectas o los codazos. Si quieres algo de mí, dímelo claro que las sutilezas pasan por encima de mi cabeza y ni me entero.

¿Sirven las redes?

Las redes son muy divertidas, te distraes demasiado con ellas, son informativas, desinformativas, lo mejor y lo peor al mismo tiempo.

¿Sirven?

Claro, si las usas bien y sabes como usarlas bien.

El problema es que la mayoría no tenemos ni idea. Algunos, ni estudiando todo lo que pillamos del tema.

 

Podcast: Las series de mi infancia

Mi aventura de escribir: Podcast. Las series de mi infancia.

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Tenía pensado hacer el podcast sobre algo relacionado con mis novelas o algo nuevo de la nueva novela…

No sé, la verdad. Pero, luego pensé… Mejor no.

Mientras pensaba de que demonios hacer el podcast vi un twit con el hastag #Tuiteacomoenlos80. Y me he acordado, mirando esos twits, de un montón de series que veía y disfrutaba de pequeña y lo mucho que eso acabó influyendo en mi escritura a lo largo de mi vida.

Y si, esa serie de dibus que veía de pequeña con cinco, con siete, con doce años influyó en mi manera de escribir, en mi manera de crear tramas, en mi manera de pensar y planear una historia. Todo influye.

Así que cuando veía los Pitufos (si, ríete) podías ver una serie de pequeños seres que vivían juntos y haciéndole la vida imposible al único humano que había en las cercanías o podías ver una raza mágica que vivía junta (y todos tíos, explicadme como leñes se supone que se reproducen) y veías también al primer malo de tu vida. Gargamel.

Ahí te enseñaban que los cuentos tenían malos… que, a veces, se quedaban muy cerca de ganar.

De ese calibre había varias por esa época, como los Snorkel o Los diminutos. Por cierto, me encantaban Los Diminutos. Su malo era un humano adulto obsesionado con su captura hasta el punto de estar a punto de herir al niño prota, Quique. Claro que lo que molaba de esa serie eran las manualidades que te enseñaban al final, la verdad. Y el universo en miniatura y el uso de cosas cotidianas para crear muebles y decoración en el mundo de los Diminutos.

Era maravilloso.

Otra que ayudó mucho fue Dragones y Mazmorras, serie que acabó siendo una leyenda y muy querida para mí. Ojo, juegos de rol, cosplay… la serie perfecta para un friki. Claro que en ese momento de todo eso ni idea, la verdad.

Pero su trama era toda una introducción a la fantasía. Un grupo de chicos que va a una feria se monta en una atracción y acaban en un mundo paralelo en el que acaban encerrados hasta que ayuden a derrotar al malo.

Genial.

También vi el otro día por Twitter la intro de Ulises 31, la serie que te enseñaba lo chula que podía ser la mitología y la ciencia ficción cuando las juntabas.

Porque, a fin de cuentas, Ulises 31 te cuenta los viajes de Ulises de la Ilíada pero en el espacio. Tengo que volver a verla porque no recuerdo que hizo Ulises para cabrear a los dioses ni recuerdo si llegue a ver el final, la verdad. Hace tanto tiempo y en esa época no era raro que la televisión comprara un puñado de capítulos y no se molestara en comprar el resto aunque tuviera éxito.

Sherlock Holmes, versión perruna y de anime me llevó de cabeza a buscar las novelas del detective y leérmelas todas. Si, no era el mismo Sherlock pero lo básico, lo que me enamoró del personaje, si lo era y eso fue suficiente.

Y otra novela… Dartacan y los tres mosqueperros. Superpequeña en esa época pero acabé tan pero tan enamorada (con cinco o seis años, si los tenía) de la historia y de los ideales de los mosqueperros y de los personajes que busqué la novela cuando tuve edad para leerla. Y, cuando pude encontrar una más completa y no la versión adolescente y recortada al máximo, también lo hice. Y sigue siendo mi novela de cabecera cada vez que echo de menos lo bonito que era tener ideales y un código de honor.

O tener honor en general.

Ya hablé en su momento de Saint Seiya y todo lo que me llevo a la mitología y a sus historias.

El anime que se veía sin freno ni control durante los noventa fueron las historias que devore en mi adolescencia.

Cowboy Bebop, la cual es para mi una de las series de anime más perfectas de la historia. Ever. Hablando de tramas, personajes e historias bien hechas, bien contadas y mejor dibujadas.

Hay muchas más. Solo estoy nombrando las de dibujos y no las otras en las que podría contar desde el Equipo A a Falcon Crest, Hotel, Canción Triste de Hill Street, Luz de Luna, Juzgado de guardia, el Coche fantástico… no sé, tantas…

Todas esas también me enseñaron e influenciaron en mi manera de escribir, de crear. Influyeron en mi fantasía, en mi imaginación.

Ahora puedes enviarme un mensaje de voz al podcast. ¡No te lo pierdas!

Podcast: Las series de mi infancia

Mi aventura de escribir. Podcast: El Fanfic

Mi aventura de escribir. Podcast. El fanfic.

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¡Hola! ¿Qué tal, queridos aventureros? Bienvenidos una vez más al podcast de Mi aventura de escribir, el podcast que cuenta las mil y una tonterías de esta escritora.

Y esta semana te voy a hablar de una de mis chorradas favoritas y de las que he hablado y hablaré siempre. El fanfic.

El fanfic o fanfiction es la creación de los fans sobre algo que les gusta, como libros, series, video juegos, etc.

Mucha gente, gente muy creativa no está conforme con los finales de libros o películas o quiere que parejas que no son oficiales en series  se vuelvan una realidad.

¿Quién no quería que Mulder y Scully se liaran? En la serie no hubiera funcionado (o si, que creo que al final si pasó algo). Los fans de muchas series saben lo bien que funciona la tensión sexual no resuelta entre personajes en una serie. Hay que mantenerla durante siglos.

Fans que detestaron los finales de muchas películas decidieron  que ya era suficiente. Ellos querían su final.

Y punto.

Ya sabéis como somos los fans con según que cosas.

Y esa es la idea del fanfic. Escribir ese final que no te dieron, esa pareja que no llegó a realizarse, esa historia que nunca llegaba… esa es la idea del fanfic.

Y crear esos crossover que nunca se hacían, ya fuera por problemas de marca o lo que fuera.

Los fanfics son un modo de expresar el amor por ese trabajo original, por parte de los fans. Aunque algunos autores crean lo contrario.

Hay gente que piensa que solo es una manera de destrozar ese trabajo original, un insulto. No lo es. Siempre va a haber gente que le guste lo que haces pero que haya cosas que no les termine de convencer.

Recuerda a Misery.

Pero, para la mayoría infinita de fans, un fanfic es un homenaje. Me gusta lo que haces y quiero demostrar mi amor por ello ampliando tu mundo con una parte mía.

Son, además, una forma estupenda para que muchos escritores practiquen y mejoren sus historias. A veces tenemos una buena trama pero no personajes. Coger unos prestados ayuda a eso y también a aprender a crearlos y ver cómo mejorarlos.

Es una buena manera de practicar y aprender de gente con más experiencia. Además, al publicarlos, recibes sugerencias y opiniones y quejas que siempre te vendrán bien para mejorar.

He escrito fanfics durante mucho tiempo. Años. No me atrevía a escribir algo original y me dediqué a los fanfics, primero de Saint Seiya y luego de Supernatural.

Hasta que creí estar preparada para dar el salto. Necesitaba darlo.

Y usé muchas de esas ideas que tenía ya hechas en fanfics para meterlas en mis novelas. No tienes idea de lo mucho que me hacia feliz eso. Aunque aun tengo una espinita con la última saga de fics que hice y que me gustaría convertir en historia. Pero necesita darle un buen enfoque primero.

Ya trabajaré en ello cuando acabe con mi saga.

Pero a lo que iba. Los fanfics son una bonita expresión de cariño al producto original. Nunca te molestes por ver alguno de algo que has creado, no te enfades al ver alguno de algo que te gusta.

Es la manera de ese fan de demostrar su amor por lo que sea que le guste. Ni más ni menos.

Y si te atascas escribiendo lo que sea, intenta hacer un fanfic. De algo que te guste o de tu propio producto.

¿Por qué no?

Un fanfic con tus propios personajes. Eso puede ayudarte a darte una nueva visión de tu creación y desatascarte.

O lee, que hay miles de millones en todo el mundo y no exagero. De todas las clases de géneros y en cientos de idiomas.

Hay un fanfic para cada uno por ahí perdido.

Y hasta aquí voy a llegar esta vez. Recuerda que puedes leer mis novelas en Amazon, buscando por mi nombre, Eva Tejedor y que puedes echar un ojo a mi blog, miaventuradeescribir.com para encontrar relatos y contenido interesante para leer.

¡Hasta la siguiente, aventureros!

 

Mi aventura de escribir. Podcast: Destruction Bay.

Mi aventura de escribir. Podcast. Destruction Bay.

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¡Hola! ¿Qué tal, queridos aventureros? Bienvenidos una vez más al podcast de Mi aventura de escribir, el podcast de los lugares extravagantes.

Y es que de eso vamos a hablar hoy, de un lugar especial que existe y no existe a la vez.

Hoy te voy a hablar de Destruction Bay.

Que tú dirás… ¿y qué carajo es Destruction Bay?

Si lees mis novelas el nombre te sonara bastante. Si no, pues no.

Empecemos por el principio. Destruction Bay es una ciudad que aparece en mis novelas como un refugio secreto de la Comunidad Mágica. Allí van a esconderse de La Orden muchos y sus habitantes van rotando dependiendo de si necesitan o no esa protección.

En realidad, Destruction Bay existe. Es una pequeña ciudad en el Yukon, Alaska, con menos de veinte habitantes y a la que solo se puede llegar en coche. Perteneció a esas ciudades que se crearon en la época de la fiebre del oro y que lo único destacable que tiene hoy en día son sus paisajes. Esos son de los que quitan el hipo, sin duda alguna.

Yo cogí prestado su nombre y su localización para crear este refugio al que hice referencia en El Guardian. Es ahí a donde se dirigen Paul y Alger, guiados por Charles, para huir de La Orden y su persecución.

En esta pequeña ciudad hay unos habitantes fijos, como su sheriff, Ronald, su alcalde, Edgar o Jerome, el enterrador local.

También estaría Rose, única humana en el pueblo.

Esos serían los habituales y fijos, pero por el pueblo han pasado (y pasaran) varios personajes de la saga ya sea buscando protección o información.

Han pasado por ahí Paul y Alger, de El Guardián, como he dicho. Pero también pasó en su momento Charles, buscando información y luego se hizo un recurrente como vimos en El Guardián y veremos en otra futura novela.

Jon y Joseph, los hermanos lobo, han estado allí viviendo y llevando una tiendecita mientras esperaban el momento adecuado para seguir en su búsqueda de Colby. Y sabremos más de su estancia allí cuando publique la siguiente novela, en la que también saldrá otro personaje que ha vivido allí, escondido.

Para la Comunidad, es un lugar muy especial. Está protegido por un hechizo que la hace invisible para los que no saben donde buscarla. Solo se puede llegar si te invitan o te llevan.

¡Ah! Olvidaba a otro los personajes que han pasado por ahí y salen en otras historias, como es Jerrad, el dragón. Aparece en El Guardián, Dagas de venganza y Lobos.

Jerrad es un personaje que me encanta. Un día tengo que hacerle una historia para él solito.

Volviendo a Destruction Bay, la cual me encantó reformar para ser ese refugio secreto de la Comunidad, no es la única ciudad del mundo con esos fines. Obviamente, seria ridículo.

Hay más. Tenía una historia en la cabeza con otra parecida que encontré pero la historia no ha salido, así que se queda en pausa por ahora y ya la mencionaré en su momento.

Creo que es imprescindible para mi universo que existan esas ciudades.

Si tienes más curiosidad por Destruction Bay y su historia, tengo un post en el blog sobre ella. Y también puedes leer todo sobre ella en El Guardián, donde te la describo a ella y sus habitantes.

Espero que cuando salga la nueva novela, descubras más cositas interesantes del lugar.

Y hasta aquí hemos llegado, aventureros. Recuerda que puedes echar un ojo a mi blog, miaventuradeescribir.com, que mis novelas están en Amazon buscando por mi nombre, Eva Tejedor y que puedes echarme una manita invitándome a un Ko-fi.

¡Nos vemos en dos semanas!


¿No tienes que leer? ¿Llegas a casa y todo está cerrado y no sabes qué leer?

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Tengo la fantasía que necesitas. Fantasía urbana de la buena con una buena dosis de thriller sobrenatural y una pizquita de romance paranormal.

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¡No te arrepentirás!

Tienes toda una saga para leer. Jack T.R., Kamelot 2.0, El juego de Schrödinger, El Guardián, Dagas de venganza y, la última por el momento, Lobos.

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¿Precio?

¡Están tiradas! Tanto en digital como en físico.

¡Corre a por ellas!

Mi aventura de escribir: Podcast: Reescribir

Mi aventura de escribir. Podcast. Reescribir.

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¡Hola! ¿Qué tal, queridos aventureros? Bienvenidos un día más al podcast de Mi aventura de escribir, el podcast donde se reescribe todo.

Reescribir es agotador. Y no se acaba nunca, eso lo tengo claro.

Aprovechando el confinamiento y el exceso de tiempo libre decidí dar un repaso a las novelas que tengo ya publicadas, en especial las primeras. Esas siempre van a tener fallos, ¿a qué si?

Pues empecé con Jack T.R., que ya debe ir por su cuarta o así y decidí también meter ciertas cosas que en un principio no tenía pensamiento de meter.

Escenas y capítulos enteros que antes eran cortos para conocer a los personajes. Un primer capítulo que luego quité y he vuelto a poner.

He escrito también escenas extras para meter más al lector en la historia y empatizar o explicarle mejor ciertas cosas que, al principio no conté porque creí que si lo hacía, desvelaba demasiado. Luego vi que no era así. O eso espero.

He metido a personajes que mencionaba de pasada pero no salían y ahora pienso que deberían haber hecho acto de presencia.

He desvelado datos de los personajes que yo sabía pero no los contaba porque no me parecían relevantes. Y ahora creo que si lo son.

Cosas así. Vamos, que le he dado un señor repaso.

Y con la tontería Jack T.R. ha crecido un buen numero de páginas, lo cual me ha hecho muy feliz.

También le he añadido el relato de El diario de Charles, que era una especie de continuación y spin off al mismo tiempo, sobre lo que hacia Charles, su prota, justo al acabar la novela.

Pero la versión que puse en el blog, años atrás, era muy corta y resumida y… no, no quedaba bien ahí. Así que también la reescribí, dándole más contenido y metido más trama.

Todo eso servirá también para cuando veamos a Charles en las otras novelas, poder entender porque está como está y hace lo que hace. Ahí se va a desvelar bastante de eso.

Total, que con la tontería pasé tres semanas y pico sin parar y ha sido muy divertido.

Ahora la tienes nuevamente en Amazon, con todo el contenido extra y también en Wattpad, dónde la he ido publicando a dos capítulos por semana.

Espero que la disfrutes mucho, si la lees.

Y tras Jack T.R. ha seguido Kamelot 2.0 y luego irán las demás. Kamelot ya lleva un buen repaso y dos nuevos relatos que ya he empezado a compartir también en el blog. ¡No te los pierdas!

La pregunta del millón para cualquier escritor es… ¿se acaba alguna vez de reescribir o repasar tus novelas?

La respuesta corta es: No.

No se acaba nunca, porque siempre encontraras algún fallo o errata o cosa que en ese momento te parecía genial y, meses después, te parece una birria.

Siempre.

Es algo que ocurre mientras escribes, también. El no saber cuando dar por finalizada tu novela. Y ese es el truco, saber que nunca va a estar terminada del todo y que tienes la oportunidad de volver a revisarla en un futuro.

Tengo fics antiguos, de cuando empezaba a escribir, que ahora leo y me dan vergüenza ajena. Muchos no puedo ni leerlos por ese motivo. He cambiado y evolucionado en mi manera de escribir, de expresarme y de crear y ahora no soporto lo que escribía diez o más años antes.

Y la mayoría son insalvables, por absurdos. Tenían menos trama que un anuncio de contactos. Pero si es cierto que me gustaría poder rescatar algunos, porque significaron mucho en su momento y me encantaría reescribirlos.

Pero, en esos, la reescritura sí que está complicada. Bastante.

Todo se andará. O ya ando, que he cogido la idea base de uno de los últimos que hice para hacerla relato corto o novelita. Espero que funcione.

Mientras tanto, espero que leas las novelas nuevamente, descubras cosas nuevas y las disfrutes porque en algunas quedaron cosas que contar y que podrían interesarte.

Ya sabes que puedes encontrarlas todas en Amazon, buscando por mi nombre, Eva Tejedor, y que puedes echar una manita invitándome a un Kofi, en Ko-fi.es/evatejedorescritora

También recordarte que visites mi blog, miaventuradeescribir.com y disfrutes de los post y relatos que allí encontrarás.

Un salud, aventureros y nos vemos en dos semanas.

 

 

Mi aventura de escribir. Podcast. El bloqueo

Mi aventura de escribir. Podcast: el bloqueo

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¡Hola! ¿Qué tal, queridos aventureros? Bienvenidos una vez más al podcast de Mi aventura de escribir, el podcast donde intento contarte mis chorradas, si es que encuentro que contarte.

Y esta semana te voy a hablar del archienemigo de los creadores en general.

El bloqueo.

No hay nada peor que un bloqueo creativo.

Los bloqueos vienen y van, como la inspiración y se hacen peores cuando no se trabaja o se trabaja menos. Por eso siempre es recomendable escribir y practicar y tratar de mejorar para evitar casos así.

Aunque, a veces, pasa por las situaciones vividas. Los momentos familiares o personales difíciles no ayudan a que la mente haga su trabajo adecuadamente.

También está ese momento en que tienes demasiadas ideas en la cabeza y no sabes como y en que orden sacarlas. Es frustrante.

El bloqueo no siempre es falta de ideas. Un exceso tampoco ayuda. El bloqueo es cuando no sabes como expresar esas ideas.

Ahora mismo ando bloqueada con una idea. La he cambiado y mutado varias veces para ver si consigo que avance. Y algo ha mejorado, pero sigue atascada.

Seguiré trabajando en ella, aunque la he dejado aparcada. Obcecarse en una cosa tampoco ayuda.

Mientras he decidido ponerme a otras cosas, como corregir o adelantar post para el blog y el podcast. Tal vez escribiendo estas cosas consiga salir del bloqueo que me he provocado yo solita.

No sé, quizás escribiendo relatos o leyendo o viendo cosas nuevas… tal vez así consiga inspirarme para esa historia. O tal vez, esa historia no esté destinada a existir.

¿Quién sabe?

Por ahora se va a quedar en el cajón y a ver que ocurre con ella en un futuro.

Quizás encuentre su camino más tarde.

Habrá que ponerse a otras cosas, ¿no? Relatos, tal vez. Una nueva idea. O una vieja.

Quería hacer esto para el concurso de Amazon y, tal vez, eso haya sido lo que ha fastidiado todo. No llevo bien lo de hacer algo con fecha limite XD Por eso nunca podré trabajar escribiendo para nadie.

Pero como mientras escribo para mí, puedo permitirme no escribir esto y hacer otra cosa o más tarde. A lo mejor encuentro otra idea para ese concurso.

Lo importante, que me voy por las ramas, es que lo importante es no parar de intentarlo. No se debe parar de intentarlo. Se puede poner en pausa, seguir, intentarlo de nuevo una y mil veces, pero ¿dejarlo?, nunca.

Dejar de escribir, abandonar el blog, no hacer nada es dejar al bloqueo ganar. Y eso, no, nunca.

Los bloqueos son muy duros, a veces largos y eternos y otros minúsculos, pero no deben permitírsele ser para siempre. Créeme, vas a ser un poquito más infeliz si dejas de escribir, aunque creas que lo que haces no es bueno.

Eso no es importante. Lo importante es que te guste a ti y te haga feliz a ti. Y dejarlo es permitirte ser algo más infeliz. Escribir puede ser terapéutico en muchos sentidos.

Y para quien lo ama y disfruta, igual que se disfruta el leer o ver una película o comer un manjar, puede curar tu alma un poquito.

Normalmente y me lo han dicho ya algunas veces, cuanto más mierda me siento, mejor escribo porque echo toda esa mierda fuera al crear una historia.

Así que ya sabes, escribe. O haz lo que sea que te haga feliz, pero que un bloqueo no te impida disfrutar de todo. Peléalo hasta que sea aniquilado.

 

Mi aventura de escribir. Podcast: Desarrollo de ideas

Mi aventura de escribir. Podcast: Desarrollando ideas.

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¡Hola! ¿Qué tal, queridos aventureros? Bienvenido una vez más al podcast de Mi aventura de escribir, el podcast de mis chorradas de escritora.

Esta semana te vengo a hablar un poquitín de mi proceso de desarrollo de ideas, el cual es… muy mucho caótico y desastroso. Pero tiene su sentido, no te creas.

Te lo voy a explicar de la mejor manera que pueda, contándote como estoy desarrollando la última chorrada que se me ha ocurrido para escribir, una que quisiera acabar y presentar en el concurso de Amazon. Aunque se me está complicando sola. Ahora verás por qué.

Después de escribir el borrador de los leones (próxima novela de la saga) se me antojó hacer otra usando algo más de romanticismo, como en esa. No es mi género pero también me gusta, que leñe.

Así que pensé… Bueno, puedo hacer una de ese género, con personajes del mismo mundo pero apartado de la saga. Es un mundo grande, no todo tiene que estar relacionado con la saga y se puede expandir.

Hasta ahí, chachi.

Y, también, tenía antojo de escribir un tigre. Si, tengo algo por los bichos peludos y achuchables. ¿No has visto mi croqueta Dean? Pues eso.

Así que dije, vale, un tigre. Los tigres no son como los leones. Son más solitarios, no van en manadas, en pareja cuando las tienen y ya. Son unos animales preciosos y mortales, ronronean a sus presas para calmarlas antes de atacar, unos asesinos silenciosos.

Mi tigre tenía que ser alguien malo.

La idea de escribir un malo como prota me encanta. Pero tenía un problema con ella. No podía ser un malo malo de manual. Tenía que ser más complicado.

Pensé en que este tigre trabajara para La Orden como asesino y se cruzara con el otro protagonista porque tuviera el encargo de matarlo o algo así y que no pudiera.

Si, yo también he visto esa película varias veces XD

Así que lo descarté. Y me dije… ¿y si este asesino estuviera cumpliendo pena en una especie de cárcel y conociera allí al otro?

Bueno, tenía una ciudad en Texas, en el condado de Presidio (si, eso existe) que se llama Shafter y es prácticamente una ciudad fantasma que solo existe para visitar y poco más. Podía usarla como una especie de prisión para gente de la Comunidad, protegida con un hechizo para evitar ser descubierta y con otro para que los presos no puedan escapar.

Y el otro prota podía ser un humano (aquí ya había dejado de ser de la Comunidad a ser humano solo) que estaba en esa ciudad escondiéndose.

Aquí venia otra idea complicada y algo espinosa de escribir. Para este punto, el otro protagonista era un humano que había sido secuestrado por un lobo y forzado a emparejarse con él. El personaje había sufrido maltratos físicos y psicológicos durante dos años hasta que escapó y la Comunidad lo mantenía allí oculto mientras buscaba a su secuestrador que se había fugado.

Era un personaje muy delicado de escribir. No sé si estoy preparada para sacar semejante personaje a la vida.

En este punto decidí cambiar algo del personaje, el como llegó allí. Pase de que lo estuviera escondiendo la Comunidad a que llegara él mismo después de escaparse y decidieran dejarlo ahí mientras salía otra cosa.

Y mi asesino pasó a ser un espía que trabajaba con La Orden porque lo habían obligado, llevándoselo de joven. Ahí aprovechaba otro personaje que creé para Lobos y que venía perfecto como cabrón que tratara a los weres mal.

Pero los personajes no salían.

La idea en papel quedaba muy bien. Pero al intentar escribir algo con ellos, no funcionaba. Estos personajes no tenía voz ni vida. No era capaz de encontrársela.

Aun sigo intentando encontrarlos.

Ahora la idea ha vuelto a mutar. Mi tigre y mi humano ahora se conocen de pequeños y se separaron por cuestiones normales de la vida. Años despues, al tigre, que trabaja para la Comunidad atrapando rebeldes, le cuentan que su amigo se emparejó con un lobo y que este se ha vuelto en su contra, atacándole hasta el punto de dejarle marcado.

Aquí sigo usando la idea de la ciudad escondida, pero siendo solo ciudad y refugio, no prisión. Pero sigo sin encontrar la voz de estos personajes. Algo me sigue faltando.

A saber qué será, pero lo encontraré. Aun tengo tiempo para el concurso, que suele salir en verano, así que seguiré intentando crear esta historia.

Pero ese es mi proceso creativo. Coger una idea simple y convertirla en una cebolla. Le voy añadiendo capas y capas hasta llegar al punto que necesito para empezar a escribirla. Y ahí ya va creciendo más.

Esto tenía su nombre técnico… pero no recuerdo cual era. Soy malísima para los tecnicismos y las teorías y todo eso. Yo me limito a escribir y ale. Ya me preocuparé después de lo demás.

Respeto y admiro a la gente que es capaz de hacerse una escaleta, crear un guion y seguirlo. Yo solo hago esto y unos pocos resúmenes y que salga el sol por Antequera, que es por donde debe salir.

Pero cuando empiezan a hablarme de esas cosas y esos tecnicismos me siento una completa inculta porque la mitad del tiempo no sé de que hablan. Si, denunciadme, no me preocupan tanto esas cosas porque me conozco y sé que si me pusiera a hacer escaletas, a estudiar todas esas cosas que ayudan a los demás… no acabaría ni una historia.

Esas técnicas que a muchísima gente ayuda, a mi me entorpecen. Y mucho. Por eso me limito a escribir sin mirar, sin corregir, sin pensar demasiado si encaja o si algo no cuadra. Ya habrá tiempo después para arreglar todo eso.

Lo primero es acabar el borrador y en eso es en todo lo que pienso. Pero para eso necesito que los personajes existan. Esa es la única cosa que si que no puede faltarme.

¿Acabaré encontrando voz a estos dos? Pues espero que sí, porque empiezan a caerme bien. A ver cuál será la siguiente variante que saldrá de aquí porque no voy a parar de trastearla y cambiarla hasta que sea la adecuada para ellos.

Y lo voy a ir dejando por hoy. Recuerda visitar mi blog, miaventuradeescribir.com, y de conseguir mis novelas en Amazon, buscando por mi nombre, Eva Tejedor. Recuerda también que Lobos acaba de salir a la venta y no puedes perderte como sigue la saga.

También recordarte que puedes echar una mano a una escritora apurada invitándome a un Ko-fi, entrando en ko-fi.com/evatejedorescritora.

¡Hasta el siguiente podcast, aventureros!

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Mi aventura de escribir. Podcast: El cuqui-porno

Mi aventura de escribir. Podcast: El cuqui-porno.

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¡Hola! ¿Qué tal, aventureros? Bienvenidos una semana más al podcast de Mi aventura de escribir, el podcast en el que suelto mis chorradas.

Chorradas como de la que te voy a hablar hoy.

Si, querido aventurero, hoy te voy a hablar del cuqui-porno, ese género que me he inventado y va a quedarse en mi repertorio por una temporada larga. Me gusta y me distrae y es bonito.

¿Qué no? Ya verás.

El cuqui-porno es una tontería que se nos ocurrió un día, cotorreando por Telegram con David Orell. Ya conoces a David, tiene su blog y escribe realismo queer. Está acabando su borrador de Una diva sin laureles, que te va a encantar y pronto va a relanzar un relato corto que está muy muy bien llamado Ya lo dijo Thomas.

Después de la publicidad, seguimos. Pues una tarde estábamos despotricando del marketing, algo muy normal ya que es mi pesadilla recurrente.

El dichoso marketing acabará un día conmigo, fijo.

Hablando sobre eso, tiramos por las bios de Twitter. Ese día lo tenía tonto y decidir que iba a cambiar la mía y poner una de broma ya que sentía que no me tomaban en serio. Es más, sigo pensando eso.

Así que empecé a hacer una y David me salió con los relatos que estaba escribiendo esos días.

Para crear los personajes de mi próxima novela y encontrarles voz, había estado haciendo escenas y relatos muy cortos con ellos. Cosas habituales en la vida normal. Un día de colada, otro de pasar la tarde viendo la tele, uno de cocinar, otro de peinar o bañarse.

Cosas tontas que me ayudaron a crear la relación entre dos de los personajes y a dar más forma al borrador. Muchas acabaron dentro de la novela, de hecho.

Pero esos dos personajes son tan adorables juntos que la mayoría de las escenas y relatos eran ñoños hasta decir basta. Azúcar puro muchas veces. Unos acababan con finales normales y otros tenían finales subidos de tono.

Y esa combinación acabó con el nombre de cuqui-porno.

Idea de David, echadle la culpa a él.

Para la tranquilidad de los que leen el nombre y piensan algo raro, mayoritariamente son más cuquis que porno. Se que lo de porno suena mal pero no, estos son eróticos festivos a ratos y no todos.

Pero cuqui-erótico festivo a ratos era muy largo como nombre.

Así que tenía un montón de relatitos de los cuales la mitad no puedo enseñar aun porque estoy en plena promoción de Lobos y el borrador nuevo aun sigue siendo borrador y no toca.

Hice unos cuantos para Lobos, que acabaron también con un par de escenas extras en ese tono que quedaron bastante bien. Esos si te he enseñado algunos. Creo. Tengo que asegurarme…

Así que recuerda, son más cuquis, ñoños a morir, que porno. Solo un porrón de azúcar con algo ligeramente erótico.

Son muy divertidos, también. Me divierte escribirlos y, si te gusta la ñoñez, te divertirán leerlos.

Tengo unas ganas de presentarte a Kenny y Max…

Tengo un precioso recopilatorio de esos relatos de regalo para quien me eche una mano en el Ko-fi.

Just saying.

En el próximo programa hablaremos sobre desarrollar ideas y una que tengo para el próximo concurso de Amazon.

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Mi aventura de escribir: Podcast. Los dragones y Jerrad.

Mi aventura de escribir: Podcast. Dragones y Jerrad.

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¡Hola! ¿Qué tal, queridos aventureros? Bienvenidos una semana más al podcast de Mi aventura de escribir, el podcast de mis novelas y mis bichos.

Y de uno de esos bichos vamos a hablar hoy.

Hoy tocan los dragones.

Los dragones, aquellos que son las criaturas más famosas de la mitología y la fantasía. Las más icónicas. De las que se han escrito leyendas, canciones, poemas, protagonistas de cuentos y el perpetuo malo de manual para cualquier aventura épica que se precie.

Los dragones pueden variar en su forma dependiendo del país de donde provengan. Así tenemos el clásico dragón, enorme y de varios colores, que echa fuego y es un adicto al oro o a las damas en apuros, si buscamos en Europa. O el dragón pequeño, tipo serpiente, protector de familias legendarias, venerados, si es que buscas en China.

Hay más clases pero para eso existen libros completos sobre el tema que te recomiendo leer y disfrutar.

Yo me he quedado con el tipo europeo. Grande, vistoso, lanzador de fuego y buscador de pleitos más que de oro.

Yo tengo a Jerrad.

Jerrad es un dragón azul, del tamaño de un elefante y que adora pelear y leer. Tiene bastante mal genio.

Tiene más de mil años y ha participado en cada guerra humana que ha podido. ¿Por qué? Pues porque le gusta, esa es la verdad. Es un soldado nato. Solo quiere una guerra más en la que luchar para tener un motivo por el que existir.

Lamentablemente, como a todas las criaturas mágicas, sufrió la persecución humana hasta el punto de su extinción. Actualmente apenas hay una decena de dragones por el mundo, dispersos y viviendo en solitario.

Algunos han decidido desaparecer en silencio, otros, unirse a los humanos. Jerrad decidió participar en sus guerras sin involucrarse personalmente.

Así que el dragón participó en las guerras santas, en las cruzadas, en la primera Guerra Mundial y en la Segunda también, en la guerra del Golfo, en la de Irak…

Y hasta ahí llegó porque le descubrieron.

En realidad se descubrió solo. Jerrad era el jefe de su batallón, quien dirigía una pequeña y secreta misión para liberar rehenes atrapados en un colegio por las fuerzas enemigas. Acompañado por su grupo de hombres, unos seis soldados, Jerrad descubrió tardíamente que habían sido emboscados.

Los enemigos lanzaron un ataque con misiles y Jerrad tuvo que tomar una difícil decisión. Dejó su forma humana y destruyó los misiles con una llamarada. Luego cubrió a sus hombres con sus alas y su cuerpo y les protegió de las balas y cascotes de la explosión.

Sus hombres reaccionaron con la sorpresa esperada tras semejante descubrimiento pero uno de ellos, el cual era su mejor amigo, reaccionó bastante mal. Empezó a gritarle que era un monstruo y que debían contar al ejército lo que era. Intentaron calmarlo pero no quiso escuchar y salió del escondite cuando aun no estaba despejado el campo.

Un francotirador le abatió a los pocos segundos.

El resto de sus hombres decidieron que no iban a traicionar al hombre (o dragón) que les había salvado en tantas ocasiones y al que respetaban y apreciaban. Así que le ayudaron a salir del país y a escapar del ejército, acompañándole hasta Destruction Bay, el refugio de la Comunidad.

Un día te hablaré de Destruction Bay, un pueblecito real de la zona del Yukón que he convertido en el refugio de la Comunidad. Y un sitio en el que ocurren muchas cosas para tener menos de veinte habitantes.

Jerrad ha pasado allí varios años, viendo pasar por el pueblo a los lobos, Jon y Joseph, o al león, Kenny, o al berserker, Paul y Alger.

Su cariño por los lobos le hizo salir de nuevo al mundo. Sus hombres abandonaron también el pueblo para regresar a sus vidas, ya que la orden de su captura había sido anulada.

Cuando ya no quedó ninguno, Jerrad dejó también el pueblo, buscando a los lobos para ayudarles en su búsqueda del hermano que les faltaba y que trabajaba con La Orden.

Y por eso nos lo encontramos en Dagas de Venganza, donde iba siguiendo la pista de Colby y lo vemos también en el relato 3 Hermanos y lo veremos más en Lobos. Y, para final de año o así, lo veremos en la historia con los leones.

Espero hacerle una historia a Jerrad, como merece. Tal vez fuera de la saga, tal vez no. Aun no lo sé, pero tendrá su momento completo para él solito.

Mientras, disfrútalo en las que ya está, como El Guardian o Dagas de venganza.

En el próximo programa te hablaré del cuqui-porno, esa chorrada que me he inventado para echar unas risas y que va a ser algo permanente en mi repertorio. Espero que te guste.

Recuerda visitar mi blog, miaventuradeescribir.com, comprar mis novelas en Amazon, buscando por mi nombre, Eva Tejedor

Y acuérdate que el oficio de escritor es maravilloso, divertido y me da la vida. Pero los escritores siempre necesitamos un empujoncito.

Para esas cosas existe Kofi, donde puedes echar un cable a escritores, creativos, dibujantes y músicos por menos de lo que te costaría un café de verdad en cualquier cafetería de tu barrio.

¿Quieres echarme una mano? Te regalaré un recopilatorio de relatos inéditos por ello.

¡No te los pierdas! Ayúdame en

¡Hasta dentro de dos semanas, aventureros!

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