El Cuqui-Porno: ¿Qué es y por qué me lo inventé?

El cuqui-porno: ¿Qué es y por qué me lo he inventado?

cuqui-porno

En una de esas chorra conversaciones que tenemos David y yo (de las miles que solemos tener. No creo que hayamos tenido una sola seria) salió el tema. Habíamos estado quejándonos, como de costumbre, sobre lo complicado que es el marketing en nuestro mundo.

El mundo de los escritores puede ser muy jodido para destacar. Necesitas mucho trabajo, más empeño, mucha más suerte y, a veces, estar en el momento y en el sitio adecuados.

Por supuesto, recalco lo de mucho trabajo, porque sin eso, no puedes hacer nada. Pero en lo que respecta a que puede hacer click con la gente… muchísimas veces es simple cuestión de suerte.

Pues estábamos los dos hablando de eso y de ahí nos fuimos a unos relatos que había estado pasando a David para que les echara un ojo. Son relatos sobre personajes de mis novelas en modo muy ñoños.

Algunos de un ñoño que empalaga, pero oye, quedan bonitos y andaba falta de escribir algo dulce para variar.

Ahí es cuando empezamos a usar de cachondeo el termino Escritora Cuquista.

Pero como algunos relatos, si no todos, tenían cierto tono erótico, acabamos inventando el termino cuqui-porno.

Porno ñoño, vamos. XD

No hay nada como una buena escena dulce y subidita de tono, ¿a qué si?

Pues de ahí a la idea de recopilar unos pocos para ofrecerlos en el Ko-Fi solo había un paso y lo di.

Así que, por el modico precio de 3 € puedes conseguir un recopilatorio de 6 relatos cortos y a una escritora muy feliz por ello.

¡Dos en uno!

Pero si no te ha quedado muy claro que se supone que es el Cuqui-Porno, te voy a dejar aquí un relatito corto del tema, a ver que te parece.

Y si te gusta, pues me echas una mano y me invitas a un Ko-Fi.

¡Disfruta!


Cuando Max salió del baño, recién duchado, con solo los pantalones viejos de chándal que usaba para dormir, el cabello aun mojado y el pecho brillante de la ducha, Kenny tenía un plan para conseguir su regalo. Plan que, al ver al otro, se le olvidó bastante.

Max se dio cuenta del escrutinio del otro y sonrió, yendo hacia su mochila para coger una camiseta y el peine para desenredarse el cabello.

— ¿Dónde está Nicky?

— Ha salido a comprar la cena. – Max frunció el ceño. Le iba a pedir a su hermano que le ayudara a desenredarse la melena. Ahora tendría que hacerlo solo y era complicado con el cabello tan largo.

— Vaya.

— ¿Ocurre algo?

— Nada. Le iba a decir que me ayudara con el pelo. Me cuesta desenredármelo bien, sobre todo por atrás.

— Yo puedo hacerlo. – se ofreció Kenny, con un hilo de voz.

Max se volvió a mirar a Kenny y sintió su corazón saltarse un par de latidos. ¿Cómo podía ser tan adorable? Cada día le costaba más y más cumplir su promesa de ir despacio. Kenny era demasiado algunas veces.

Demasiado dulce, demasiado adorable, demasiado atento. Si realmente era su pareja, Max podía considerarse más que afortunado.

Así que le ofreció el peine y se sentó en la cama, dándole la espalda para que le ayudara a peinarse.

Kenny empezó a peinarle despacio, cogiendo los mechones para desenredarlos sin darle demasiados tirones al otro. Los dos estuvieron un rato en silencio, mientras Kenny se dedicaba a peinar, mechón a mechón y Max trataba de no estremecerse cada vez que le rozaba la nuca con los dedos.

Kenny disfrutó de la suavidad del cabello del moreno, que era como había imaginado. Para cuando acabó, ambos estaban muertos de ganas de que pasara algo.

— Esto ya está. – consiguió mascullar Kenny, devolviéndole el peine.

— ¿Te importaría trenzármelo? Es muy tarde para secarlo y si lo dejo así, mañana va a amanecer enredadísimo. – pidió y Kenny tragó en seco, asintiendo.

Con las manos temblando, separó la espesa melena en tres partes y comenzó a trenzarla con cuidado y esmero, sintiéndose especial.

Max era un alfa y uno poderoso, Kenny podía decirlo sin ninguna duda. Más que su hermano. Entre los de su raza no era habitual que un alfa diera la espalda a otro. Bajo ningún concepto. Los egos eran demasiado grandes para considerar la opción.

Sin embargo, ahí estaba este precioso alfa, no solo dándole la espalda a propósito, si no pidiendo y aceptando su ayuda.

Eso era un regalo que sabía valorar. Y lo valoraba mucho.

Cuando terminó, a su pesar, se inclinó y dio un beso en la nuca al otro. Max se giró, la trenza cayendo sobre su hombro derecho y le dio una sonrisa llena de afecto.

Kenny no pudo resistirse y le cogió de la trenza para acercarle y robarle un beso largo.

Nicky apareció al segundo de separarse los dos, con lo que les pilló mirándose embobados y a Kenny aun sujetando la trenza de Max.

Sonrió por la dulce escena.


¿Qué te ha parecido? ¿Te animas a invitarme a un Ko-Fi?

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¡Y son solo 3€!

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Lobos: relato y sinopsis

Lobos: relato y sinopsis.

relatos sinopsis

¡Feliz lunes!

Si, lo sé… es lunes.

¡Un día horrendo!

Y para animarlo te voy a dejar aquí un nuevo relato basado en los personajes de mi próxima novela, Lobos. En este te enseño lo ocurrido con uno de sus personajes y la razón de sus futuras acciones.

También te dejo la sinopsis de Lobos.

¡Estoy tan emocionada con la historia! ¡Tengo tantas ganas de que la veas!

Pero primero, el relato.

¡Que lo disfrutes!


Nueva York siempre le resultaba intimidante.

La ciudad era tan enorme, tan repleta de gente, ruidos, olores… era abrumadora.

Y las reuniones del Consejo no ayudaban a mitigar esa sensación. Más bien lo contrario.

Ver tantos Alfas importantes, a su padre ejerciendo su cargo, sus hermanos ocupando el lugar que les pertenecería en un futuro… Si, era muy consciente de la posición que un día ocuparían sus hermanos. Joseph sería el Alfa cuando su padre acabara su mandato y Jonathan su segundo, como lo era hoy en día su madre.

Y él… Colby no sabía cuál sería su lugar cuando llegara el momento, pero sí que sería al lado de sus hermanos.

De eso no tenía duda.

Siempre que visitaban Nueva York, a Colby le gustaba escaparse un par de horas para pasear por Central Park. Era el único lugar que no le agobiaba de toda la ciudad. Así que, mientras su padre tomaba algo con sus amigos, Joe iba a comprar un regalo a Gale y Jon se perdía paseando por calles que nadie conocía, él se dedicaba a recorrer el parque, solo.

Y mientras andaba y disfrutaba de un momento de tranquilidad y soledad, meditaba sobre su lugar en la manada y su relación con Jon.

Su relación, a pesar de que llevaban años juntos, aun resultaba nueva. Ambos estaban todavía adaptándose a la nueva situación. Pasar de hermanos y amigos a pareja no les estaba resultando fácil. Demasiados años de familiaridad y costumbres que debían mutar en algo nuevo.

Pero estaban trabajando en ello.

También estaba Jon y su negación a avanzar. A veces le costaba horrores que su pareja dejara de ser su hermano y se comportara como una pareja debía hacerlo. Colby quería a su hermano y le necesitaba, en ocasiones. Pero amaba más a su pareja y le necesitaba mucho más. Eso era algo que Jon tenía que aprender pronto. Antes de desesperarle.

– Bonito día, ¿verdad? – para fastidio infinito de Colby, un tipo vestido con traje oscuro se había colocado a su lado, apoyándose en la misma barandilla que él.

Era un hombre grande, con cabello rubio y ojos claros. Aparentaba ser mucho mayor que él, tal vez veinte años mayor o más.

Había mucho espacio para disfrutar de las vistas. ¿Por qué se había puesto ahí?

Molesto, el chico se limitó a asentir, desviando la mirada del hombre a su lado. Lo olfateó disimuladamente. Un humano. Ni rastro de magia en su olor. Solo cuero, gasolina y algo más que no terminaba de distinguir.

El tipo, obviando su molestia, siguió.

– Siempre que vengo de visita a la ciudad me gusta pasear por aquí. ¿Sabes? Da mucha paz. – su acento no era americano. ¿Ingles, tal vez? Europeo, con seguridad.

– Aja…

– Veo que a ti te gusta hacer lo mismo, Colby. – el joven lobo se tensó, volviéndose despacio para encarar al hombre. Este le sonrió y su sonrisa le puso los vellos de punta.

– ¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre? – la sonrisa del hombre se volvió socarrona.

– Sabemos mucho sobre ti. Y sobre tu familia. Sé que has venido aquí acompañando a tu padre y tus hermanos, para una reunión, ¿verdad? – el lobo gruñó. El tipo se abrió la chaqueta y mostró la culata de una pistola asomando de la cintura del pantalón. – Quieto ahí, chucho. Si me haces algo, te pego un tiro.

– Eso es un farol. No te atreverás a disparar en un sitio tan público.

El hombre rio. Una de esas risas que escuchabas al psicópata de las películas de miedo y te ponían los pelos de punta. Colby miró a su alrededor buscando una manera de salir de ahí. Calculó sus posibilidades y comprobó que no tenia demasiadas.

– ¿Eso crees? La Orden puede hacer lo que quiera.

– ¿La Orden?

– Exactamente, chico. Ahora presta atención. Si no quieres que te pase algo a ti o a tu familia, vas a hacer lo que te digamos.

– Ni de broma.

– Creo que no me has entendido. Esto no era una sugerencia. Es un hecho. – el lobo volvió a gruñir, enseñando los dientes. – ¿No crees que pueda obligarte? Tu hermano Jon está ahora paseando por el Bronx. – soltó de repente, confundiéndole. – Tiene la mala costumbre de meterse en malos barrios, ¿sabes?

El hombre sacó una Tablet de su chaqueta y la encendió. A los pocos minutos le enseñó la pantalla a Colby. En ella se podía ver a Jon andando, con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta de cuero, mientras contemplaba escaparates.

Al lobo se le heló la sangre en las venas. Alguien estaba siguiendo a su hermano.

– Tengo entendido que este es tu pareja. – ¿Cómo sabía eso? Solo su familia conocía su relación. – Llámalo. Comprobaras que esto no es grabado. – Colby cogió su teléfono y llamó a su hermano.

En la Tablet, Jon se detenía y sacaba su móvil, sonriendo al contestar.

– ¡Ey, J! ¿Qué estás haciendo? – preguntó con la voz más normal que pudo reunir.

– Paseando por el Bronx. Deberías haber venido. Este sitio es genial. – en la imagen, Colby vio como su hermano se detenía en un puesto callejero y compraba un colgante plateado con la forma de la cabeza de un lobo. – ¿Voy a buscarte y comemos? Te llevo un regalo.

– Cla… claro que sí. ¿En veinte minutos frente al hotel?

– ¡Hecho!

Colby colgó después de despedirse, aun con el corazón en un puño. ¿Quién era ese tipo? ¿Cómo era posible que les estuvieran siguiendo sin que lo hubieran notado hasta ese momento? ¿Cómo sabían tanto de ellos?

Alguien les estaba espiando en su propia casa.

– ¿No es tierno? ¡Hasta te ha comprado un regalo! – se burló el humano. – Los lobos sois adorables a la hora de aparearos.

– ¿Qué quieres? – siseó.

– Por ahora, nada. Pero pronto volveré a aparecer y harás lo que te diga. Me traerás lo que te pida, sea lo que sea, o él muere. Avisa a los tuyos, y morirá igualmente. Puede que no podamos acercarnos a tu padre, siendo el Alfa, pero si a tus dos queridos hermanos, Colby. Recuérdalo.


Lobos.

Chicago. La Orden sigue imparable en su cruzada por acabar con la Comunidad Mágica.

Colby, quien traicionó en el pasado a su manada, está dispuesto a todo para redimirse ante los suyos y para eso tratará de interferir en los planes de la malvada organización.

Con la ayuda de Jon, su pareja, quien no permitirá que nadie los separe de nuevo y de Joseph, su hermano, intentarán salvar su mundo de la crueldad humana.

Sígueles en su aventura para mantener a salvo al mundo mágico.

¿Lo conseguirán?

Lobos es una nueva parte en la saga Comunidad Mágica vs La Orden de la autora Eva Tejedor, ya compuesta por los títulos Jack T.R., Kamelot 2.0, El juego de Schrödinger, El Guardián y Dagas de venganza.

¡No te pierdas la continuación de esta aventura!


¿Qué tal suena?

Bien, ¿verdad?

¡Pues vigila el blog porque habrá cositas más interesantes dentro de poco!

Y recuerda… ¡puedes encontrar mis otras novelas en Amazon y en el blog y no olvides invitarme a un Kofi o ser mi mecenas en Patreon!

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Los trasgos.

Los trasgos.

trasgos

Los trasgos son duendes pertenecientes a la mitología española, especialmente del norte como Galicia o Asturias.

Son criaturas con forma humanoide, pequeños, vestidos con camisa y gorro puntiagudo y a los que se les atribuyen las desapariciones de pequeños objetos del hogar, ya que estos duendes suelen disfrutar haciendo travesuras a los humanos.

Son confundidos con los orcos, ya que en la traducción de El hobbit al español se usó la palabra trasgo para referirse a lo que más tarde llamarían orco en El señor de los anillos.

Los trasgos, en realidad, nada tienen que ver con esa criatura.

Mientras que los orcos son grandes, brutales los trasgos solo quieren hacer travesuras y viven invisibles en las casas.

No son guerreros.

¿Cómo encajarían los tragos en el universo de La Comunidad mágica?

Los pondría a vivir compartiendo casa con familias de otras razas. Casas o locales, viviendo y trabajando juntos. Los trasgos son pequeños para hacerse pasar por humanos pero serían unos compañeros de trabajo maravillosos para tiendas, bibliotecas o supermercados.

Cobrando, claro.  XD

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Construyendo al malo

Construyendo al malo.

malo

La semana pasada te contaba que, después de releer el borrador, me di cuenta de que no tenía un malo definido.

Necesito un malo y que sea un buen malo. También necesito colarlo en la trama mucho antes de lo que había pensado en un principio.

Le di cara al malo, usando la imagen de un antiguo luchador que me encanta y que casi siempre hacía de personaje malvado en sus rivalidades.

Ahora me falta crearle su personalidad.

Haciendo repaso de los malos que he usado anteriormente en las otras novelas teníamos a Jack, demonio asesino sanguinario y retorcido en Jack T.R., Mordred, manipulador nato en Kamelot 2.0. En El juego de Schrödinger estaban Peter, el lobo renegado, el Hellhound y quien manejaba los hilos, James Stan y en El Guardián teníamos a Mengele, el doctor loco.

Y no olvidemos a Dolph Bauman, de Dagas de venganza. Este ha sido el más divertido de escribir por su carácter explosivo.

El que menos me gustó, Mengele. Al basarlo en la persona real, tuve que imaginar su personalidad y, sinceramente, me daba bastante miedo lo que era capaz de hacer.

¿Cómo va a ser el malo para la siguiente historia? ¿Cómo será su personalidad?

Tiene que ser encantador.

Eso es fundamental, ya que debe embaucar a Colby. Liarlo y engañarlo para hacerle creer que no tiene más salida que traicionar a los suyos.

Debe ser inteligente. Terroríficamente inteligente.

Y paciente. Va a pasar años tramando un plan y realizándolo.

Pero, sobre todo, debe ser un asesino a sangre fría al que no le tiemble la mano para deshacerse de aquel que no le sirva para sus fines.

Así que encantador, inteligente, paciente y sanguinario.

Si, creo que va a dar el tipo bastante bien.

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Crossroad’s deals: Pactos con el diablo.

Crossroad’s deals: Pactos con el diablo.

pactos

Hace siglos te contaba sobre los hellhounds o sabuesos del Infierno y su relación con Robert Johnson, cantante de blues cuya leyenda urbana cuenta que hizo un pacto con el diablo para tocar tan bien.

Obviamente, eso está muy en duda pero fue ahí y con esa leyenda que los pactos con el diablo se convirtieron en parte de las leyendas urbanas.

Los pactos solían realizarse en un cruce de caminos. Era necesario que fuera en un cruce donde creciera milenrama y había que enterrar una caja con tierra de cementerio, un hueso de gato negro, una foto tuya y algunas hierbas especiales.

Eso solo para convocar al demonio. Una vez apareciera, tu debías pedirle lo que desearas. Pero había que ser muy específico. El demonio, como buen vendedor y estafador que es, siempre va a buscarte la pega y la trampa.

Si, por ejemplo, pides ser un gran pintor, acuérdate de pedir fama también o harás unos cuadros estupendos y no venderás un pimiento…

Y, recuerda también, que eso no es gratis. Todo tiene un precio y, en este caso, el precio será tu alma. Ese demonio te dará lo que quieras, pero por un tiempo limitado y a costa de tu alma inmortal.

No, no va a esperar que mueras de viejo. Te dará cinco o diez años y luego… luego mandará a sus sabuesos a cobrar lo que le debes.

Sinceramente, nunca entendí a los que piden dinero o fama o talento por solo un puñado de años. Si comprendo a los que piden algo como recuperar a un familiar o salvarlo de una enfermedad mortal o algo por el estilo, pero… ¿talento que solo te dure diez años y luego te maten terriblemente?

No creo que algo así valga tanto la pena. Pero supongo que será cuestión de prioridades.

¿Y tú que piensas? ¿Venderías tu alma por hacer algo espectacular y la fama?

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Resumen semanal: última semana de marzo

Resumen semanal: del 25 al 29 de marzo.

resumen

Lunes.

En el post de esta semana te hablo sobre la organización, la procrastinación y lo jodida que es para los escritores.

¿Qué tal te organizas?

 

Miércoles.

¡Capítulo final del relato Peripecias escritoriles!

La escritora que no cobra por ello y su chucho saltarín se despiden por ahora.

¡Hay mucho que escribir!

 

Jueves.

¡Y seguimos trabajando en el nuevo proyecto!

Seguimos con un nuevo mini relato para continuar creando el mundo y el background alrededor de los personajes. ¡La mejor manera de ambientarse!

 

Viernes.

¡Por fin se acabó la semana!

¡Feliz finde a todos!

 


 

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