Jack T.R. Podcast.
Aquí te dejo la transcripción y el link para escuchar el nuevo episodio del Podcast del blog.
Hoy te voy a hablar de mi novela Jack T.R. y todo lo que la rodea. Mis ideas iniciales, inspiraciones, personajes, trama…
¡Disfrútalo!
Escucha «Mi aventura de escribir: Jack T.R.» en Spreaker.
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¡Hola! ¿Qué tal, queridos aventureros?
Bienvenidos de nuevo al, ahora sí, podcast de Mi aventura de escribir. Soy Eva Tejedor, autora de fantasía urbana y hoy voy a hablarte un poco sobre mi primera novela, Jack T.R.
Si recuerdas, en el anterior programa dije que era posible que fuera cosa de una sola vez. Vale, pues no. Me han animado a hacer un par de programas más y a eso voy.
Por ahora, solo serán sobre mis novelas. Son cinco y cinco programas haré.
Bueno, pues como te iba diciendo hoy voy a hablarte sobre mi primera novela, Jack T.R.
Jack T.R. es una historia de fantasía urbana y thriller sobrenatural en la que te cuento como el detective Charles Andrews, su protagonista, sufre sueños premonitorios que le muestran los recientes asesinatos que se están produciendo en su ciudad, Chicago.
Necesitará la ayuda de Aidan, un peculiar librero que le dará las pistas necesarias para descubrir la identidad del asesino y le guiará por un mundo desconocido y oculto al que no tienen acceso la mayoría de los humanos.
Jack T.R. es una novela en la que mezclo fantasía, thriller, policiaco e intriga en una forma que espero sea entretenida para quien la lea.
La idea de esta novela vino… bueno, la idea original no era para una novela. Era para un fanfic.
Para los que no estén familiarizados con ese término los fanfics son historias que los fans de ciertos libros, artistas, series o películas crean para entretenerse.
Yo estaba jugando con la idea de un fanfic que mezclara a los protagonistas de Sobrenatural y a los de Mentes Criminales. Como a los protas de la primera los buscaba el FBI por la segunda temporada y se les acusaba de asesinatos y profanación de cadáveres pensé que sería divertido usar al grupo de Mentes Criminales para analizar a Dean Winchester y que vieran que los hechos y el perfil no cuadraban.
Pero, para eso, necesitaba un asesino que cuadrara en el perfil del FBI y que fuera sobrenatural para que llamara la atención de los cazadores.
¿Y quién mejor que Jack el Destripador?
En una conversación con mi querida amiga Kitty por Messenger (nótese la de años que hace de eso, allá por el paleolítico o así) comentamos una noche el caso de Jack y como nunca se descubrió quien era el asesino. Se hablaba de conspiraciones, de familias adineradas que no querían que se descubriera que uno de sus miembros era un asesino, de ocultar la verdad…
La verdad es que hubo un poco de todo, pero la falta de medios y la incompetencia de la policía de esa época no ayudó nada. Se contaminaron o perdieron pruebas importantes, los cuerpos se limpiaron antes de sus autopsias, no se les dio importancia a los asesinatos al ser todas prostitutas y en un barrio de mala vida… Y la prensa se cebó con el asunto dando pistas y contando una investigación en curso, lo que ayudaría al asesino a escapar de la justicia.
¿El resultado? Una lista de sospechosos kilométrica y ningún detenido.
Fue por esa lista de sospechosos (y el saber que alguno de ellos se suicidó o se volvió loco durante la investigación) por lo que jugamos con la idea de que el asesino fuera un demonio. Uno que fuera poseyendo a varios hombres distintos para cometer esos crímenes y luego volviera al infierno.
¿Y si el asesino no huyo? ¿Y si regresó al infierno con un exorcismo?
Y así salió el fanfic.
Años después, cuando empecé a considerar en serio la idea de dedicarme a escribir, decidí coger ese viejo fanfic y reescribirlo para convertirlo en una novela.
Había que cambiar muchas cosas, eso sí. No podía haber nada sobre las series en las que estaban inspiradas por lo que solo conservé a Jack y sus asesinatos.
Nada más.
Una de las cosas que cambie fueron los personajes. Y no me refiero solo a los nombres, si no a cambiarlos por completo. A crear nuevos que no tuvieran nada que ver con lo anterior.
Así que fuera FBI y cazadores, bienvenido detective Andrews.
Charles Andrews fue el primer personaje que creé y al primero que conoces al empezar la novela. Charles es un detective de la policía de Chicago, de homicidios. Ya anda por los cuarenta, es castaño, alto y algo pesimista.
Su carácter es así porque no es la persona más feliz del planeta, precisamente. Eso es causado por los sueños premonitorios que sufre desde su adolescencia. Es una herencia familiar que viene desde la rama paterna pero que varía en su forma de manifestarse en cada miembro. Por ejemplo, su padre podía ver asesinatos en sus sueños pero con un día de antelación.
Charles, sin embargo, los ve en el momento de ocurrir, lo que no le sirve de mucho para detenerlos. Y, para fastidiarle un poco más, su don no le deja ver la cara del asesino lo que resulta frustrante.
Es un buen tío, a pesar de todo. Intenta hacer su trabajo lo mejor que puede aunque muchas noches no duerme. Esos mismos sueños le han obligado a apartarse de la gente. Es complicado tener intimidad con alguien cuando pasas media noche gritando mientras duermes y no puedes explicarlo sin que piensen que estás loco.
Charles no sabe aún en lo que se está metiendo. Para él, esto es solo otro psicópata asesinando mujeres en su ciudad. Hará lo imposible por detenerlo, pero no sabe que está persiguiendo. No aún.
Y por otro lado, tenemos al segundo protagonista de esta historia. Aidan Kelly, dueño de la librería El pergamino.
Veras, Aidan es alguien muy especial y su librería también lo es.
Aidan es un hada. Vivía en Nueva Orleans junto a sus padres cuando el Katrina se los arrebató. Aidan fue, entonces, a vivir a Chicago con sus abuelos paternos, los cuales se dedicaban a llevar la librería.
Lo que no sabía el chico es que la librería era una zona neutral, algo que en el mundo sobrenatural es sagrado. En una zona neutral, todo aquel que entre está obligado a no atacar a nadie ni a realizar nada que implique magia.
Y si alguien viene buscando protección allí, sea quien sea, se le deberá conceder.
Aidan acabaría siendo el encargado de proteger esa zona neutral un poco antes de lo esperado cuando su abuelo enfermó de Alzheimer.
Esa protección va en la sangre de su familia y son los únicos que la pueden activar
Aidan es un buen chico, atrapado en una herencia y una obligación que no desea pero que no puede abandonar. Ha tenido que dejar de lado su propia vida para seguir con el legado de su familia. Además, es empático. Puede ver y sentir cosas cuando toca a la gente o algunos objetos.
Tanto él como la librería tienen un papel importante, no solo en este libro, si no en la saga.
Aidan, también, es el único lazo entre la Comunidad Mágica y La Orden ya que ambos hacen negocios con él, al encargarles libros especiales.
Y hasta aquí los protagonistas. A parte de estos dos, que son los más importantes, hay otros personajes a los que prestar atención en el libro.
Quitando a Jack, podríamos contar con cuatro secundarios importantes y varios más de relleno que hacen bien su papel. Como son demasiados y si hablo de más de algunos te estropeo la historia, voy a hablarte de dos secundarios que tratan, sobre todo, con Aidan.
Uno de ellos es Julian Martin. Julian es un fantasma, un tipo que murió en el año 1850 a la edad de 25 años en Connecticut tratando de averiguar qué fue lo que mató a su mujer, Sarah.
Su esposa hizo un pacto con un demonio, cuando él tuvo un accidente y cayó de un caballo rompiéndose la espalda. Ella hizo el pacto (sin saber realmente lo que hacía) y Julian se recuperó, milagrosamente. Tiempo después, el demonio vino a cobrar su deuda y envió a un sabueso del infierno a por ella. Julian no supo del pacto hasta que, después de obsesionarse con el asunto e investigarlo, acabó encontrando a alguien que le explicó lo ocurrido. Su vida acabaría al recibir un tiro por la espalda, poco después de descubrirlo.
Su alma quedó ligada a un guardapelo que siempre llevaba consigo y que contenía un mechón de su cabello y del de su mujer junto con una foto de ambos. Ese guardapelo pasó de mano en mano sin que nadie supiera de la existencia del fantasma hasta que Aidan se lo encontró en un mercado callejero.
Lo compró con la intención de dar descanso a su alma pero Julian le convenció para que no lo hiciera y le dejara permanecer con él. El chico no tuvo corazón para negarse y Julian acabó viviendo en la librería en cuya caja fuerte se guardaba el guardapelo.
Aidan siempre teme que, un día, Julian se convierta en un poltergeist y pierda la cabeza. Eso es algo que les ocurre a los fantasmas que pasan demasiado tiempo en el mundo de los vivos. Y si eso pasara, él tendría que destruir el medallón antes de que el otro haga algo de lo que tuviera que lamentarse después.
El otro personaje secundario que vigilar es Rolf. Eric Rolf es un vampiro perteneciente al nido de Chicago y a las órdenes de Karl, su creador. Rolf nació en 1835 en San Petersburgo y fue allí donde conoció a Karl. Ambos dirigen su nido que actúa en la ciudad como una banda de moteros, Los vampiros, quienes distribuyen y venden armas y drogas por toda la zona.
Rolf también es el encargado de las relaciones públicas del nido con el exterior. Y el encargado de tratar con Aidan cuando su jefe le hace algún encargo. Ese trato ha hecho que le coja cariño al chico y eso, en un futuro, va a ser importante.
Con esto ya te he presentado a los protagonistas, a dos secundarios, sabes quién es el asesino (eso se descubre pronto, no te destripo nada, no te preocupes), sabes de que va la novela, más o menos… Espero que eso sea suficiente para que te animes a leerla y a descubrirla del todo, porque solo te he contado un mínimo porcentaje del total.
Además, descubrirás como está conectada a las demás.
Lo cierto es que cuando empecé a escribirla, no tenía intención de que fuera una saga. Iba a ser una historia única. Punto.
Durante la corrección, ya había empezado el borrador de la siguiente, Kamelot 2.0 y pensé que sería divertido poner un detallito sobre la nueva en la primera. Solo una cosita pequeña que pasara desapercibida hasta que leyeras la siguiente. Algo para los frikis de los detalles.
Que los hay. Yo soy uno de ellos.
Fue al acabar Kamelot 2.0 cuando decidí que podían estar en el mismo universo, que podían estar relacionadas y que ese mundo podía ser más amplio de lo que había imaginado.
Además, había encontrado a un malo perfecto y universal.
La Orden.
Ya te contaré más sobre Kamelot 2.0 y su relación con esta y las demás en otro episodio del podcast Mi aventura de escribir.
Mientras, espero que te animes a leer Jack T.R.
Puedes encontrarla en Amazon y en mi blog.
¡Nos vemos!
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