Los gatos y su misticismo.
Si tienes o has tenido un gato en tu casa sabrás de lo que te hablo en este post. Si no lo has tenido nunca, espero que tengas la suerte de saberlo algún día
Todo el mundo debería tener un gato o perro (o ambos) al menos una vez en la vida.
Soy muy fan de tener un animal de compañía. Me es indiferente si gato, perro o periquito, porque se pueden disfrutar todos y todos te darán mucha compañía y más amor.
Pero los gatos son muy especiales.
Tener un gato es como tener una pantera en miniatura en casa, un mini dios egipcio, un animal místico.
¿Exagero?
Los gatos han formado parte de la historia y la mitología durante siglos.
Las partes más destacables serían el antiguo Egipto y la Edad Media. Ambas fueron el punto más alto y el más bajo de su propia historia.
En Egipto, los gatos eran considerados seres celestiales. Temidos por los muertos, ya que protegían la frontera entre la vida y la muerte, impidiendo que los muertos llegaran al mundo de los vivos.
Y venerados como dioses, ya que gracias a su ayuda el tan necesitado grano estaba protegido de los ratones. Fueron tan importantes que crearon a una diosa con cara de gato, Bastet, diosa protectora de los hogares y templos y diosa de la guerra en el Bajo Egipto.
No voy a meterme en la mitología egipcia porque no es mi especialidad y mis post no son lo bastante largos para cubrir todo lo que existe de esta diosa, pero el valor de los gatos llegó a tal punto que se prohibió que fueran exportados fuera de Egipto.
Prohibición que, por supuesto, no se cumplió. Los mercaderes se llevaron gatos fuera de Egipto para venderlos en otras provincias.
Ese fue su punto alto. Veamos ahora su punto más bajo.
La Edad Media o, para ser más precisos, la época en que la peste negra asolaba sin control Europa.
Los humanos, tan propensos que somos a tergiversar todo y montarnos nuestra película para que encaje en nuestra realidad por poco creíble que sea inventamos en esa época que los gatos eran los causantes de la peste negra y, por tanto, diabólicos.
¿Por qué? Simple asociación equivocada. Los gatos estaban donde había ratas y las ratas propagaban la enfermedad. Como los gatos siempre han tenido esa imagen tan sobrenatural, obviamente fueron culpados de la enfermedad.
También se les asoció a las brujas. Mujer sola (por la razón que fuera), independiente, que no se dejara pisotear por quien fuera que la denunciaría en un futuro, con un color de pelo/ojos diferente… seria acusada de brujería. Acusaciones que serian siempre por celos, envidia o codicia y que acabarían con la bruja siendo quemada en la hoguera. Si la mujer tenia un gato o algún felino vivieran en las inmediaciones, acabaría en la hoguera también, ya que se le consideraba un vehículo del diablo en la tierra.
¿A que molamos los humanos inventando chorradas?
Este es el último post hasta septiembre. El miércoles pondré el último capítulo del relato Luna llena en Memphis y el viernes el Resumen semanal y ya no habrá más cosas durante agosto. Necesito un poquito de tiempo para mi y poder terminar algunos proyectos.
¡Te deseo el mejor verano del mundo!
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Un comentario en “Los gatos y su misticismo”