Los orígenes de Dagas de venganza

Los orígenes de Dagas de venganza.

¡Se acerca la hora!

En tres días saldrá a la venta en Amazon y aquí en el blog Dagas de venganza, mi nueva novela.

¡Estoy muy emocionada!

Me siento muy orgullosa de esta historia y espero de corazón que te guste, porque he trabajado el triple en ella, créeme.

Y estaba deseando tener una historia con una protagonista femenina.

En realidad, esta historia iba a ser muy distinta a lo que ha surgido. Al principio, iba a ser un trio, no un dúo.

Los protagonistas iban a ser Jerrad, el dragón que se ocultaba en Destruction Bay y que ahora (en el relato 3 Hermanos) andurrea por Chicago, Astrid, la gorgona y Harmony, una medio sirena. E iba a situarse en Filadelfia, no en Nueva Orleans.

La trama también iba a ser diferente, centrándose en destruir a una sección de La Orden.

Esa era la idea al principio. Como no me terminaba de convencer, la dejé aparcada y escribí otros dos relatos, El juego de La Orden y 3 Hermanos. Y esos dos relatos me llevaron a una idea y conclusión muy maja sobre La Orden: estaban buscando una manera de exterminar a lo sobrenatural de toda la faz de la Tierra.

¿Cómo? Eso aún no se ha descubierto, pero pronto lo haremos.

Pero esa idea me hizo regresar a la otra historia y volver a trabajar con ella. Me seguían gustando los personajes. La cosa es que a más personajes, más complicado de manejar todo. Lo aprendí muy bien con Kamelot 2.0. Así que escogí a la que más me gustaba, Astrid y decidí guardar los otros para más adelante. Jerrad y Harmony tendrán su oportunidad en su momento, como muchos de los personajes que me gustan de mi universo (¡no me olvido de ti,Rolf!).

Trabajé para desarrollar bien a Astrid, que no fuera un personaje plano. Pero ella sola quedaba algo sosa. Astrid está un poco tocada después de la muerte de su familia, no mide los riesgos, es muy kamikaze…necesitaba a alguien que compensara su impulsividad.

Y ese era Alec. Humano, hombre, algo cobardica, se piensa mil veces hacer las cosas, confía demasiado en la justicia… todo lo opuesto a ella. La compensa sin robarle ni una chispa de protagonismo.

Porque él no está ahí para salvar el día ni a la chica, más bien está ahí para ser salvado de su ignorancia (y de los matones de La Orden) y ser rescatado por ella.

Y creo que eso es importante.

Recuerdo una frase que decía un personaje en un OVA de Rurouni Kenshin, sobre los samuráis. Decía que un samurái podía ser como la hoja de una katana. Y que toda hoja de katana necesitaba una funda que lo protegiera y lo reconfortara, alguien que evitara que se perdiera en la locura de la sangre y lo detuviera cuando se descontrolara.

Es una metáfora preciosa y siempre se va a quedar conmigo y, por eso, Alec está ahí con Astrid. Es su funda.

Para que veas que hasta una cosa tan tonta como una frase de una película de anime que vi hace años puede influir en lo que escribes.

¡Y todo esto lo vas a poder leer y disfrutar prontito!

¡No te pierdas la cita con Astrid y Alec el día 20!

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3 comentarios en “Los orígenes de Dagas de venganza

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