¡Vamos a por otro mini capítulo del relato!
¡Esto se pone interesante!

Le habían descubierto.
Estaba seguro de ello.
Lamentablemente, dudaba de que estuviera siendo paranoico.
Hacía días que le mandaban a hacer las tareas más absurdas, manteniéndole durante largos periodos de tiempo lejos de su habitación.
Estaba seguro de que usaban ese tiempo para registrarle a fondo pero no iban a encontrar nada. No era estúpido e iban a lamentar subestimarle de esa manera.
Pero en ese momento le preocupaba más el averiguar cómo salir de ahí sin que acabaran con él.
Había usado sabiamente el tiempo en sacar y poner a salvo una gran cantidad de información. Estaba toda bien oculta en varias taquillas y apartados de correos de una decena de ciudades diferentes. Aprovechó las misiones para conseguirlo.
La información se encontraba a salvo.
Él, no tanto.
- ¡Ey, Andrews!
Charles se volvió, preocupado al reconocer la voz. Era Rhodes acompañado por otro hombre, mucho más joven. No lo reconoció del centro. Seguramente era algún novato o alguien enviado para llevar algún recado.
- ¿Si?
-
Necesito que me hagas un favor. – Oh… eso no sonaba bien. – Quisiera que acompañaras al joven Colby a la ciudad. Es la primera vez que viene y tiene que entregar un paquete a un aliado. Es algo muy importante y delicado. No quisiera que se perdiera…
El ex policía observó al chico detenidamente. No aparentaba más de veinticinco, con el cabello castaño largo hasta los hombros, los ojos marrones y barba oscura. Era casi tan alto como él, pero más delgado y de musculatura muy marcada. Estaba muy en forma.
Su físico y su expresión, prácticamente vacía, no le decían mucho. Sin embargo si notaba un aire animal y peligroso en él. Era demasiado silencioso, sus andares eran demasiado suaves y agiles.
Había algo no humano en ese muchacho.
Era obvio que se trataba de una trampa. Había llegado el momento de librarse de él. Pero no contaban con un pequeño detalle.
No pensaba ponérselo fácil.
- Por supuesto. Lo acompañare encantado.
¡Feliz San Valentín!
¡Hasta la semana que viene!