¡El primer capítulo del año!
¡Vamos allá!

- ¿De dónde sacaste el exorcismo?
Charles rodó los ojos, hastiado. Esa era la cuarta vez esa semana que alguien le preguntaba “casualmente” sobre el exorcismo que usó contra Jack.
No tenía idea porque era tan especial pero no iba a decirles de donde había salido.
- Me lo dio un párroco. – contestó.
Como las otras tres veces consiguió el mismo gesto de incredulidad y fastidio por parte del otro.
Desde su entrevista con Rhodes no paraban de intentar sacarle detalles sobre Jack y todo lo ocurrido. No había mucho que ocultar pero tanta insistencia resultaba molesta y sospechosa.
Estaba más y más decidido a no revelar la verdad.
Y más decidido a averiguar que querían de Aidan.
En las últimas semanas, Charles había centrado sus esfuerzos en acumular informes y fichas antiguas y modernas sobre todo lo referente al chico, su familia y Jack.
Sabía que lo tenían fuertemente vigilado. Existían notas con sus horarios, rutinas y costumbres. Sus aliados, visitas, clientes…
Hasta sabían en que centro estaba ingresado su abuelo.
Resultaba aterrador.
Le debía la vida al muchacho y, cada día, lamentaba más no haberle escuchado cuando le pidió que se pensara buscar La Orden.
Pero quería venganza… aun la deseaba.
Igual que ansiaba ser capaz de proteger a sus seres queridos. Por Patrice… por Lauren…
Tenía que protegerlas. A cualquier precio.
Aunque para ello tuviera que trabajar con una gente que no le daba ninguna confianza. Incluso si no estaba seguro de que pudiera trabajar con ellos.
A veces sentía que La Orden eran los verdaderos demonios y no Jack.