¡Último capítulo del año, que no de la historia!
¡A disfrutarlo!
– ¿Para qué quieres esta ficha? Es del siglo pasado… literalmente.
Charles sonrió, cogiendo la fina carpeta y guardándola en el interior de su chaqueta. Le había costado un par de favores pero ya tenía lo que quería.
La ficha de aquel que Jack dijo que era su antepasado, Zacharias Campbless.
– En realidad, dos siglos. Es solo investigación. – el otro le miró, arqueando una ceja, incrédulo.
– ¿Investigación? Este tipo hizo bien poco aquí, por lo que he podido ver. Estuvo poco tiempo también.
– Es algo personal. Te lo devolveré mañana.
– Más te vale. Si notan que falta algo, me caerá una buena. Así que no tardes.
– Sin problemas.
¿Poco tiempo en la organización? Estaba realmente curioso por saber que tenían del tipo. Ciertamente no parecía demasiado, ya que la carpeta era fina.
Aguantó la curiosidad hasta llegar a su habitación. Cerró con llave la puerta y se sentó en su cama a revisar los papeles.
Zacharias Campbless, nacido el siete de febrero de mil ochocientos cincuenta y ocho. Muerto el catorce de octubre de mil ochocientos noventa y uno.
Su última misión fue en Nevada. Un perro negro que resultó ser algo más. Lo que fuera acabó con Zacharias.
No había datos personales. Nada que indicara si tenía o no familia.
Charles gruñó, frustrado. Era demasiado esperar que no hubiera mentido u omitido sus datos personales al entrar en la organización.
Como hacían casi todos.
Tenía que encontrar alguna manera de averiguar si era o no antepasado suyo.
Miró más a fondo la ficha. Encontró una vieja foto del hombre, que se guardó.
Tampoco encontró nada que hablara de Jack. Si mencionaba un trabajo en Londres en el mismo año en el que el asesino estuvo matando pero nada más.
Eso le extrañó bastante. Algo tan sonado como un demonio debería tener más registros. ¿Dónde estaba la ficha de ese caso?
– Definitivamente tengo que colarme en los archivos…