Hellhounds, Robert Johnson y El juego de Schrödinger

Los que habéis leído mis novelas sabéis que me va mucho el tema sobrenatural.

Demonios, fantasmas, brujos, vampiros…

Y los que habéis leído la última, El juego de Schrödinger, sabéis también que saque un bicho nuevo y que a mí me fascina.

Los sabuesos del Infierno o hellhounds.

Bichos interesantes estos. Los encargados de llevar al Infierno las almas de quienes las habían vendido previamente a un demonio.

La primera vez que oí hablar de ellos fue de pasada en un documental sobre Robert Johnson. Según su leyenda se dice que vendió su alma al diablo para poder tocar buen blues.

Una leyenda urbana bastante antigua imaginada por aquellos que le envidiaban, supongo. La cuestión es que Robert tocaba maravillosamente (según Eric Clapton era el mejor de todos los tiempos) y murió muy joven y envenenado, delirando sobre perros que venían a buscarle. Muchas de las canciones que compuso estaban relacionadas con el demonio y sus sabuesos.

Crossroad blues habla sobre el cruce de caminos donde se cree que hizo el pacto.

La segunda vez que oí sobre los sabuesos y Robert fue en la serie Sobrenatural, donde hablaron sobre la leyenda del músico y su pacto y “enseñaban” a los perros. Lo pongo entre comillas porque no se ven, obviamente. Según su mitología (la que crearon y modificaron para la serie y sus fines) los perros serian invisibles salvo para los condenados.

Yo decidí modificar también la mitología del sabueso infernal a mi antojo para El juego de Schrödinger. En Sobrenatural eran animales del tamaño de un mastín, sin pelo y una gran cabeza. Pero simplemente animales que obedecían solo a su demonio asignado.

En mi historia pueden pasar de simples “perros” a tener forma humana, o casi humana. Algo a medio camino entre monstruo canino que anda erguido en sus pies y está cubierto de pelo. Su cerebro seria  simple, más básico. Están hechos para perseguir y matar a su presa. Lo único que les interesa es la sangre y las ordenes de su amo. Y en su forma animal son mucho más grandes que un mastín. Más del tamaño de una vaca, con la boca plagada de colmillos y con pelo… De la otra manera no me parecía que dieran mucho susto.

Fueron la leyenda de Robert Johnson y Sobrenatural los que me hicieron buscarle un hueco a estos bichos para colarlos en mis novelas (saldrán más, eso sin duda. ¡Son muy prácticos!).

¿Qué a que viene todo esto?

A que quería contaros como una cosa que oyes o ves te puede dar una idea que luego sea parte de algo más grande, como una historia.

Y a que debéis ver Sobrenatural (VO mejor), escuchar Crossroad blues (si Robert os resulta raro, escuchad la versión de Eric Clapton, que se oye mejor) y que debéis leer mis novelas.

Esas siguen en mi página de Amazon a vuestra disposición.

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2 comentarios en “Hellhounds, Robert Johnson y El juego de Schrödinger

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