El diario de Charles. Capítulo 1

Como dije ayer, hoy comenzamos con esta historieta con la que contare qué pasó con Charles después de la novela Jack T.R. y antes y durante Kamelot 2.0.

¡Disfrutadlo!


 

Capítulo 1.

foto-20-11-16-8-53-10

Charles suspiró mientras daba un sorbo a su café sin dejar de hojear el libro sobre demonología que le había regalado Aidan antes de marcharse.

Era más complicado de entender de lo que pensó en un principio pero estaba aprendiendo bastante. Ya tenía dos o tres exorcismos apuntados en su libreta.

Eso era otro regalo de Aidan. Una pequeña libreta azul. La cubierta era de un material flexible e impermeable. Perfecta para él.

El chico pensó que le resultaría útil para no perderse en las ansias de venganza que le comían por dentro. Charles no la había usado hasta ahora, en realidad.

Ese mismo día había empezado a escribir la primera página, contando que iba a reunirse con alguien que le contactaría con La Orden.

Con la ayuda de Rolf pudo salir de la ciudad y Aidan llamó a ese tipo por él, para que se reunieran ahí, en ese café perdido de la mano de Dios a mitad de camino hacia ninguna parte.

Ahora estaba ahí, esperando y considerando, no por primera vez, si era buena idea.

Cierto que había tomado la decisión en caliente, con la muerte de sus amigos demasiado reciente. Pero no podía dejar de ver, cada vez que cerraba los ojos, la expresión de absoluto terror de Angela o a Gordon apuñalándose a sí mismo por culpa de aquel demonio.

Ese monstruo había dejado a una pequeña sin padres. Y había más como él por ahí.

Si esa organización podía enseñarle a combatirlos eficazmente, pues se uniría a ellos.

Había, sin embargo, algo que le molestaba. A pesar de que no lo dijo a viva voz, Aidan parecía decepcionado y triste por su decisión.

Charles no lo comprendía.

¿Por qué le importaba tanto?

Sabía que no tenia buena relación con La Orden pero…

Julian tampoco se mostró muy entusiasmado, mirando de reojo al librero todo el rato.

Fue bastante extraño.

Su móvil vibró, sobre la mesa y Charles sonrió al ver un mensaje de su hermana. Ella era la única persona fuera de todo ese lío que sabía que era inocente.

A pesar del peligro que corría, se permitió una visita relámpago. Tenía algo que encargarle antes de desaparecer.

Patrice le había enviado una foto. Charles no pudo evitar sentir un agudo dolor en su pecho al ver a su hermana y a la pequeña Lauren.

Fue su culpa que esa pequeña ya no tuviera familia. Al menos, pensó, pudo darle un buen sustituto.

–  ¿Andrews?

Charles cerró rápidamente su teléfono y alzó la mirada encontrándose con un hombre vestido con camisa de cuadros de franela, pantalones vaqueros muy gastados y una gorra vieja con el logo de un taller mecánico.

El tipo aparentaba tener más de cincuenta, con arrugas marcadas en sus ojos y barba cana.

–  Depende. – contestó con cautela. Debió ser la respuesta correcta, ya que el hombre sonrió.

–  Soy Ted. Creo que quería pedirme algo.

El ex policía guardó su móvil en el bolsillo de su chaqueta y tendió la mano al recién llegado. Todas sus dudas sobre si estaba haciendo o no lo correcto se esfumaron cuando recibió el mensaje con la foto.


 

Anuncio publicitario

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s